Muchos restos de dinosaurios se han encontrado con una extraña postura retorcida en forma de "c" invertida. Los científicos interpretaban esto como una consecuencia de los espasmos musculares que presuntamente sufrían los animales en el momento de morir. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Paleobiodiversity and Palaeoenvironments ofrece una explicación alternativa: las deformaciones suceden después de la muerte, durante el periodo de descomposición de sus cuerpos. Estos resultados contradicen la teoría del opistótonos, según la cual los músculos se aprietan con fuerza justo en el momento de morir, generando esta postura retorcida que se observa e muchos restos de dinosaurios de cabeza y cola larga. Los científicos han llegado a esta nueva conclusión, que contradice la anterior, tras analizar los restos de unos dinosaurios bípedos (Compsognathus longipes) encontrados en el yacimiento alemán de las calizas de Solnhofen, y de realizar un experimento con cuerpos de pollo en los que observaron que sus cuellos se arqueaban hacia atrás de forma espontánea y que, además, el grado de la postura podía aumentar con el paso de los meses. Esto es posible gracias a un ligamento que conecta las vértebras y que probablemente tendrían también los dinosaurios, quienes según este nuevo estudio morirían de una forma mucho más tranquila de lo que se suponía.
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